Las lazgrimas en tu rostro bello...

Te propongo un juego sencillo.

Es un juego de conciencia.

Conciencia de ti.

Una de las posiciones mas importantes es la de jinete.

En ella, absorbes el chi de la tierra y lo proyectas por tus dedos y tus pensamientos al universo.

Adopta la posicion del jinete.

Eleva tu mano izquierda delante de tus ojos.

Tu dedo indice como si señalara al lateral, el dedo corazon menos consciente y asi, hasta llegar al dedo meñique.

Obviamente todo tu dedo indice va a llevar tu atencion.

Quiero que visualices perfectamente la yema de dicho dedo.

Vas a sentir como una sensacion de energia que expandes y proyectas por ese dedo, de forma similar a un rayo de electricidad que proyectaras.

Lo que quiero es que imagines a tu brazo como una gigantesca manguera por el cual, en su interior, corre un poderosa energia que provoca que el brazo se vuelva de acero.

Es, como si nada pudiera hacer mover ese brazo y fuera, no porque esta rigido sino porque es un chorro de infinita potencia.

Si tienes claro esto, haz una leve afirmacion interior con tu cabeza, relajate y percibe absolutamente la sensacion.

Cuanto mas practiques, trata de buscar aun mas la relajacion, deja que sea la emocion que actue.

Es posible que al principio te sientas rara, esto es porque nunca has entendido el modo de soñar.

Soñar es la capacidad de usar tu mente para que focalice tu emocion.

Con un poco de practica ese brazo se vuelve invencible.

En el hombre seria por tension, en la mujer es por relajacion.

La posibilidad de transformar el mundo pasa por un profundo cultivo del chi.

Ahora entiende porque te digo que eres una diosa.

Una de las ideas mas importantes es que tengas en cuenta esto. Y, de pronto, cuando tus ojos lloran es porque en tu interior entiendes la carcel en la que has vivido, y cual es tu liberacion.

Tu liberacion es siempre la libertad de sentir liberar tu emocion.

De ellas la emocion mas profunda es la sensacion de la liberacion de Shiva.

Eso es lo que eres, lo anterior era simplemente una noche que se amparaba en un desconsuelo.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.