lunes, 19 de mayo de 2008

Tu segundo entrenamiento.

Meditar es el arte de ser no siendo. Y, porque no tienes que ser, eres.

El verdadero amor es una eternidad que no te pertenece.

En el eres.

El amor, tanto por accion o negacion es el motor del universo, su accion se llama creacion.

El amor tiene un canal en tu interior.

Accede como un escalofrio.

Enerva tu sistemas de alerta.

El primer orgasmo es ese profundo vinculo con el universo que deshace los nudos de la mente y rompe en un estallido el corazon.

-Estas de pie, pega los brazos al costado.

-Respira.

La respiracion es tu mente y tu mente es tu respiracion.

Si respiras piensas pues en el viento cabalgan los pensamientos y, si espiras devuelves las ultimas pertenencias de tu mente a su fuente de procedencia.

Si respiras lento, tus pensamientos seran lentos, con espacio para el yo.

-Cierra los ojos.

Ahora veras en tu interior.

Si alguna vez ves una especie de lucecita violeta dando chispitas, como una especie de estrellita que va adoptando diversas formas esa es tu conciencia.

Es bonito saber que en tu viaje interior la tienes cerca.

Ahora...

-Con los ojos cerrados quiero que mires hacia arriba.

Vas a seguir tu boveda craneal, pero en el fondo lo que estas haciendo es un viaje por el holograma del universo.

Inmediatamente trasciendes tu vida, tu pensamiento y alcanzas la fuente de la melancolia que añora nirvanas y eternidades que le pertenecieron.

-Mueve ligeramente en circulos el cuerpo.

Quiero que inicies una danza girovagica estatica.

Como un derviche hecho estatua oscila circularmente.

Inmediatamente el movimiento te da referencias de tu periferia y, en consecuencia de una linea de advertencia que es tu centro, que te avisa si te puedes caer.

La unica razon de este ejercicio es que te conectes con esa voz.

Es un espacio vacio que cae a plomada desde tu coronilla hasta tu sacro y que, cuando estas girando, cuando no ocupas ese espacio, aun asi, lo sigues siendo.

Eso es lo increible.

Tu cuerpo se ha desplazado y tu sigues siendo centro.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.

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