En la tarde de mayo, llueve en el sol.
Es, un instante raro.
Un instante de suma..., una tarde de hallazgo.
Los paraguas se suceden igual que la irrealidad de la lluvia, en el sol, pero, paradojicamente sucede, aunque sea lo contrario. De igual manera que, toda esta distancia se ha convertido en nuestra union, y preveerte y no verte, la clave, de mi hacia ti, en tu cuidado.
Ahora es esta mi ofrenda y mi esencia mi anonimato.
Ello me permite, inferir en mi, que una vida elevada se basa en un ideal elevado, y yo he elegido, cuidar de tu cuidado.
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen.
viernes, 16 de mayo de 2008
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