Dios es el milagro del alma.
El alma está en ti, y, dios está por llegar.
Va a venir.
Y, entonces llueven flores.
Llueven flores y, entonces dices adiós a las mariposas.
Las mariposas encienden un vuelo de nubes que aletean de la misma forma que la intermitente quimera del qué suenya una tierra pura qué anhela.
Y el amor se convierte en la bendición delicada de un gesto en la ofrenda del alma qué ansia diluirse en el halo superior que rige y reina el universo, tu corazón y la conciencia.
Y esa bendición llega como una flor que desciende allí donde las mariposas se elevan, desde tu vientre a otra primavera.
Dios es en ti y tu eres mi creencia.
...no le busques sentido, no lo tiene.
maestro zen.
viernes, 16 de mayo de 2008
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